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lunes, 4 de noviembre de 2013

SIMON DARK. EL FANTASMA DE GOTHAM CITY, UN COMIC DE STEVE NILES Y SCOTT HAMPTON


A continuación os vuelco mis impresiones sobre este cómic de la editorial ECC, dibujado por Scott Hampton y guionizado por el archiconocido Steve Niles. Es un álbum que recopila los seis primeros números de la serie americana, y dado que ésta tiene dieciocho, ¡estamos ante otra trilogía! De hecho, el segundo acaba de salir a la venta, por lo que parece ser que van a un ritmo bimensual, así que seguramente Papá Noel nos traerá el desenlace por la chimenea (a quien lo quiera y se haya portado bien, claro).



No sé bien por dónde empezar la reseña de este cómic, aunque tengo claro que quiero hacerla. Es un álbum que me ha tenido un poco confundido a la par que intrigado a lo largo de sus páginas. Por un lado, pienso que consigue inspirar ese aire de decadencia y oscuridad que caracteriza a Gotham City y a nuestro protagonista, logrando salvar ese abismo en el que caen la gran parte de las obras que escogen el escenario del Murciélago para rodar sus guiones; pero por otro, algunas escenas se suceden de un modo cómico y el "pequeño" Simon Dark, además de cortar cabezas, también tiene una inocencia infantil y absurda que rompe esa atmósfera gótica y siniestra que debiera reinar en todo el tomo.

No sé si soy al único que le pasa, pero un cómic cuya acción y trama se desarrolla en Gotham y en el que no sale Batman me resulta de lo más extraño. Tanto es así, que me hace recelar del cómic. Me pasa lo mismo cuando en Gotham incluimos historias o villanos sobrenaturales, porque pienso que se está rompiendo el espíritu de lo que es Batman y Gotham, y de todo su contexto. No es que sea un nazi respecto a las historias de Batman en la que éste no aparece, pero es que hacer un cómic en el que Batman lucha contra algún mito de Lovecraft es tan estrambótico como grotesco. Sí, sé que existe un álbum que ya ha hecho esto y que se llama La Maldición que cayó sobre Gotham, y que es del maestro Mignola, entre otros, pero es que no cuadran. Esas historias no encajan en el perfil de Batman ni en SU ciudad, lo siento. Que alguien me diga que cuando estás leyendo este cómic de Mignola (el cual tengo en mi colección), cuando ves a Batman, en realidad no estás viendo a Hellboy disfrazado de murciélago. ¡Es que le falta el rabo! Ese cómic será motivo de otra reseña, pero no de ésta, así que volvamos al tema, y que conste que en ningún momento ha sido mi intención comparar ambos álbumes.


En Simon Dark la historia está contada de tal forma que, si no te dicen que la acción se desarrolla en Gotham City, ni te das cuenta. Por lo menos en este primer tomo, no existe ni un más mínimo guiño a nuestro superhéroe favorito, por lo que en ese sentido pienso que hay un "respeto" entre ambos héroes, ya que como sabéis, Batman se supone que coincide en el tiempo con Simon Dark, aunque éste último es el protector de un barrio de la ciudad, llamado "The Village". La conclusión que podemos sacar de todo esto es que se utiliza el nombre de Gotham City para ponernos en antecedentes y tener ya en la cabeza ese ambiente siniestro, corrupto y tétrico que acompaña siempre a la ciudad. Es una forma más de partir de un trasfondo concreto sin tener que empezar de cero.

El tomo, para mi gusto, tiene la gran virtud de contar una historia que hace que llegue un momento en el que te absorbe ese ambiente oscuro y tenebroso y, en cierto modo, olvidas que estás en Gotham y que Gotham es por y para Batman, lo cual hemos de agradecérselo al gran Steve Niles, que consigue, inteligentemente, desligarse de un mundo en las que tiene todas las de perder.

El personaje de Simon Dark es, en sí, un tanto contradictorio, ya que es un Frankestein moderno que por momentos muestra su lado más monstruoso y violento, y por otros nos enseña su lado no más humano, sino más infantil y estúpido, hecho que le quita atractivo al personaje, a mi entender. Es un héroe de barrio que, no sabemos por qué, protege a sus habitantes del inmenso abanico de malhechores que sabemos que puebla Gotham; pero digamos que su modus operandi es bastante más sangriento y cruel que el de Batman, aunque sea más por desconocimiento que por filosofía. Ese rasgo infantil y absurdo es el que le resta potencial a nuestro héroe, el cual de haberse mantenido en la línea que nos muestra el tebeo en la introducción (una línea cruda y siniestra que hace pensar en un pasado oscuro y violento), hubiera ganado enteros muy rápidamente.


Para mi gusto es de lo peor que se puede hacer: mostrar un esbozo de un personaje que apunta maneras, que parece tener potencial y que tiene todos los ingredientes para cautivar: pasado oscuro y amnésico, aspecto terrorífico y enmascarado, poco hablador, actitud violenta y sin embargo y sin razones para ello, protector. Es verdad que puede pecar de ser lo típico y estar ya trillado, pero prefiero eso dándole una vuelta más de tuerca de la que, como ya ha demostrado, es perfectamente capaz Steve Niles, a mostrar todo eso y luego hacerlo un poco picadillo. Es como si para la fiesta gótica de mi vecino me visto de negro, me pinto la cara blanca y me pongo un collar de colores pastel. Para mí es casi pecado lo que se le hace a este protagonista. Otorgarle un rasgo infantil cuando el resto del cómic es lo único que no te está pidiendo...

En la parte gráfica cabe destacar la calidad y el talento de Scott para las historias de terror y los ambientes decadentes y sombríos. Algunas secuencias son impresionantes y te hacen recordar aquellos dibujos que hacías en las esquinas de varios folios y que, al pasarlos rápido, parecía que tenían vida y se movían (creo que ahora los llama flip-book, pero con mi explicación nos entendemos mejor).

En cualquier caso, se trata del primer volumen de una trilogía como hemos dicho y, en mi opinión, ya hemos salvado el enorme obstáculo de haberlo ambientado en Gotham y hemos ganado en ambientación, así que al cómic solo le quedan dos opciones: que nuestro Simon Dark madure rápido de la mano de sus flashbacks y sus nuevas amigas; o que no pierda ese aire de debilidad que tiene todo niño de doce años y que seamos testigos de otro cómic más que se pierde en el inmenso reino de los castillos de arena. Solo deciros que la serie cerró a las 18 números, es decir, tras finalizar la trilogía en la que estamos embarcados. ¿Por qué? Cada uno saca sus conclusiones; pero está claro que no soy el único al que Gotham le parece, hoy y para siempre, ciudad y propiedad de Gotham.


De todas formas, no soy de los que piensan blanco o negro, así que...¡Sí! Se merece la oportunidad. Ha sido un arranque a medio gas, pero un arranque, al fin y al cabo, en el que nos han dejado muy buenas ideas y joyas a desarrollar, que esperemos nos conduzcan a buen puerto. El segundo está en el mercado no hace ni una semana: Simon Dark, La plaga del Demonio.

Por último, como ya es costumbre, os dejo la reseña a continuación. El precio del álbum es de 13'95 euros y consta de 144 páginas a todo color.


Calles oscuras, hordas de criminales y cabezas Cortadas. Gotham City es una de las ciudades más peligrosas del Universo DC, pero sus habitantes están a salvo gracias a su mayor héroe. ¿Simon Dark? ¿Quién es ese extraño vigilante que se oculta bajo una terrorífica máscara y decapita a sus enemigos? ¿Por qué sus vecinos agradecen esa violenta actitud? ¿Acaso la desgracia a la que se enfrenta Simon Dark es tan grande que el joven debe cruzar una línea que Batman jamás se atreverá a traspasar? 

Nada más por ahora,
¡¡Un saludo comiqueros!!

Dani S.